El lado oscuro de esta moneda

Documentar la pobreza, la desnutrición y el hambre en imágenes es una tarea que puede resultar desgarradora si no tienes claro de antemano por donde hallar un mensaje de esperanza. Latinoamérica y en particular el corredor seco centroamericano es un área del cual se puede leer mucho pero hasta no visitarlo y vivirlo en persona no se termina de dimensionar el alcance de sus problemas. El hambre y la desnutrición conviven allí con la falta de educación, de agua potable, de trabajos estables y con familias desagarradas por las enfermedades. Comencé este recorrido por cuatro países del CA4 (Nicaragüa, Honduras, El Salvador y Guatemala) en una humilde comunidad Nicaragüense llamada el Palmar. Allí me encontré con una anécdota que cuenta de cuerpo entero este escenario de temperaturas extremas, aridez y desolación. Concentrado en mi trabajo y con el visor de mi cámara pegado al ojo derecho, avanzaba por un sendero cuando de pronto de reojo pude observar que algo muy pequeño me seguía persistentemente sin despegarse un centímetro. Era un diminuto y frágil pollito. La sombra proyectada de mi cuerpo resultaba para el un pequeño oasis ante el calor arrasador que castiga toda la zona. Por suerte me detuve a tiempo para salvar su vida, obviamente apoyar mis pies sobre el hubiera sido fatal. El alivio para toda la gente que debe convivir con esa realidad llegó con la acción del PESA, un plan llevado adelante por la FAO durante 15 años que trajo ayuda material y enseñanzas para librar una dura batalla contra el hambre y la desnutrición. Valgan las fotografías que acompañan esta entrada para visualizar el lado más duro de esta historia. Por suerte también esta moneda tiene su otra cara.